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La UNP ha hecho de su servicio una interpretación pro víctima

La UNP ha hecho de su servicio una interpretación pro víctima

Para Aída Avella, la presidenta de la Unión Patriótica, el primer encuentro con los funcionarios y contratistas de la Unidad Nacional de Protección -programado para contarles las razones y objetivos de su actividad política- fue más cálido de lo que ella misma esperaba. Sintió confianza. Así que no se ahorró fechas ni situaciones al narrar con desparpajo, en una perfecta secuencia cronológica, cómo nació su organización, la forma en que esta entró a la vida política del país, y la seguidilla de crímenes contra sus líderes que la llevó al borde del exterminio.

En su exposición fue secundada por Jahel Quiroga, la directora ejecutiva de la Corporación REINICIAR, una ONG defensora de los derechos humanos, con estatus consultivo ante la Organización de Estados Americanos, OEA, y el Consejo Económico y Social (CECOSOC) de la Organización de la Naciones Unidas, ONU. La dirigente presentó el oscuro panorama que vivió la Unión Patriótica entre 1985 y 1993, lapso en el que sufrió el asesinato de dos candidatos presidenciales, nueve congresistas, setenta concejales, y un sinnúmero de alcaldes, dirigentes de juntas comunales y líderes sindicales.

Los asistentes al foro, todos hombres y mujeres al servicio de la UNP en sus diferentes áreas, descubrieron a ambas mujeres como seres humanos, más allá de su figura política. La primera, ya abuela orgullosa, y la otra, una líder natural curtida en su labor de defensora de derechos humanos. Las dos se sumergieron en los recuerdos para contar la historia de la Unión Patriótica, narración en la que por instantes la emoción se les sentía en el tono de la voz.

“Tenemos que contar la guerra desde las víctimas”, dijo Aída Avella, pedagoga y sicóloga de la Universidad Nacional, quien durante la presentación partió su historia personal en dos: antes y después del atentado que sufrió el 7 de mayo de 1996 en Bogotá cuando atacaron con un “rocket” el vehículo en el que viajaba con su grupo de seguridad. Sobrevivió a ese acto de barbarie y decidió asilarse con su familia en Suiza, donde vivió diecisiete años y medio, haciendo de todo: cuidó niños y trabajó en una venta de chocolates, pero no dejó de lado su activismo político, que volcó hacia las organizaciones internacionales de derechos humanos.

Hoy la exconstituyente se manifiesta satisfecha de su retorno al país y haber asumido el liderazgo de la Unión Patriótica. “Solo quiero que se conozca la verdad de lo que aconteció con mi movimiento para que no se siga entronizando la impunidad”, sentencia.

Al término del recuento histórico sobre la UP, Jahel Quiroga les dio la palabra a los asistentes y se encontró con un testimonio que la conmovió. Un funcionario que había pertenecido a la Policía, dijo que durante años le había comentado a su hija que las FARC era una organización que le hacía mucho daño al país e intentó sembrar en la pequeña una posición adversa frente a las acciones insurgentes. Evidentemente, según el relato, la niña comenzó a odiar a las FARC. “Ahora que se acerca el posconflicto, ¿cómo voy a hacer para que piense que esas personas pueden hacer la paz, que pueden trabajar en bien el país?”, se cuestionó en una breve introspección el funcionario.

La Unidad Nacional de Protección desde hace ya un tiempo les otorgó los respectivos esquemas de seguridad a Aída Avella y a la Corporación REINICIAR. Su directora, Jahel Quiroga, al respecto dijo que ”el servicio de la UNP demuestra que hay conciencia en el Estado sobre la necesidad de proteger a las víctimas. La UNP nos presta un inmenso servicio. Es un aliciente muy grande, gracias a ello tenemos líderes sobrevivientes.

” Y agregó: ”El programa de protección de la UNP acoge a los discapacitados. Ha sido tan especial que tiene en cuenta la rehabilitación social y sicosocial de las víctimas. Representa una interpretación pro víctima”. “A través de este programa se podrán canalizar las ayudas a los afectados, ya que más allá de la reparación material se requiere una reparación política”, concluyó Jahel Quiroga, quien al término de la jornada informativa reafirmó la idea que, según dijo, guía su trabajo diario: “Sueño con un país donde impere la justicia social”. ​​

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