La movilidad de cultivos que se dan en la cuenca baja del Río Calima, supera hoy los problemas que imposibilitaban un mejor desarrollo y frenaban la producción de más de 1.200 familias cultivadores de varias de las comunidades negras en esta región del país.

Y es que la Unidad Nacional de Protección, en cabeza de su director Alfonso Campo Martínez y enfatizando en los enfoques diferenciales, continúa con la entrega de motores fuera de borda y embarcaciones para atender integralmente la navegabilidad por varios afluentes y rondas hídricas en los territorios más apartados de Colombia.

El turno ahora fue para los asentamientos afrocolombianos del bajo Calima, en el corazón de la Cuenca, donde pobladores se dedican tradicionalmente a cultivar papa, yuca, caña de azúcar, maíz y otras siembras propias de su entorno natural.

Lorenzo González Romero, líder negro y representante legal de estas comunidades, reconoció el oportuno y significativo apoyo que la UNP entrega, para que, por fin, queden superadas las grandes barreras que impedían mover sus cosechas a través de las aguas del Río Calima.

Son diez veredas que ven, atendida y solucionada, la navegabilidad de sus siembras y que además empiezan una nueva era de comercialización de estos cultivos.

Estas entregas se hacen considerando los enfoques diferenciales, para que cada comunidad pueda recibir medidas de protección colectivas según sus propias exigencias y necesidades. “En este caso, a las comunidades negras del bajo Calima, le hemos cumplido con la entrega de estos equipos para la navegación y así ellos logren un desarrollo acorde y sostenible”, dijo Campo Martínez, desde Buenaventura, sitio donde se reunieron varios líderes de estas familias que acogieron las nuevas medidas.